In Memorian de una Ilusión



Seré el espejo de sus apatías
y estas el causal de nuestra disgregación.
Quebrantados en casi imperceptibles trozos
de sollozo y penurias
yacen sobre la inerte habitación
los retazos del malgastado empeño
de un deseante por retoñar del fracaso
anhelo de tan solo algo más
que con la propia sombra compartir.
Azotada bajo el chasquear
del inconsciente aunque no menos despiadado látigo
de un cegado violentador, dotado de incorresponido poder
facultado por uno mismo,
desgarra su último aliento de esmero
por el ya utópico deseo
de su andar con un tercero adornar,
mi ya exhausta alma, delega al sabio viento
Su futuro y devenir,
confiando un puñado del polvo
de sus ya desintegrados huesos,
y así viajar inmensidades hasta una
al menos de un tercero, sombra, hallar.

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