Son aquellos momentos de espera
Etéreo viaje siempre de ida,
Suspendido en el ensueño de la seda
De tus cabellos y el cielo en tu mirar.
Y aunque voltee mi espalda hacia tu pecho
Y me marche con la frente hacia lo alto
Pasa el tiempo y me encuentro tristemente
Reincidente en tus ojos anhelar.
Mas no importa cuánto sea mi deseo,
Por las noches agoviado aquí me veo
Maldiciendo uno a uno tus recuerdos
Porque mi luna nunca tuvo tu brillar.
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