Composición de la melancolía



Cuando el goce no es más que una antigua imagen
únicamente encontrada tras el desanimado hurgar
en tumultos de recuerdos, en absoluto contraste
con el inanimado presente,
hasta la última gota del ánimo se desborda
nublando incluso la más rígida mirada,
transformando súbitamente todo cimiento
sobre el que te creías fuerte.
Oscurecese el celeste cielo,
reemplazándolo por
un nostálgico azul melancolía
que aún adornando con dulce gracia el paisaje
no es más que el vivido reflejo del propio sentir interior.
Reflejada en los viejos cimientos, derretidos por la tristeza,
la propia silueta contemplas.
Y así la conciencia de la tan negada realidad
es apreciada en tercera persona,
al darse cuenta lo muerto por dentro y por fuera que se está.

1 comentario:

lumía dijo...

este me lo pasaste,lo leí y ya te dije que pensaba,asique solo vengo a decir:
HOLA!